El hecho ocurrió en un centro comercial español. Allí una madre sacó uno de sus pechos para amamantar a su bebé y el agente de seguridad le indicó que debía hacerlo en una sala habilitada. En ese momento, la mujer replicó que ya había estado en dicha sala, pero que su hijo se había quedado con hambre y que no iba a bajar nuevamente porque ya habían pedido la comida de su otra hija, de 20 meses, su marido y unos amigos. Cuando ya se disponían a irse, el marido pidió al guardia que trajera a un superior para constatar si el centro prohibía la lactancia en público. Al poco rato, regresó con otro vigilante que intentó decirle que sólo le informaban de la sala.
La madre alegó que una cosa es informar y otra que intentaran echarla y, acto seguido el hombre replicó que "en la calle podemos hacer lo que nos dé la gana, pero no en el centro comercial", relata la mujer, de 32 años. No contento con ello, asegura que el guardia se dirigió a su marido y le espetó: "A mi mujer yo no la dejaría enseñar sus partes en público".
El centro ha pedido disculpas y ha amonestado a los vigilantes. Por estos hechos, varias asociaciones que defienden la lactancia materna han organizado por Internet una “sentada” este sábado, a las 12.00 h, para dar el pecho a sus hijos dentro del mismo centro comercial.
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