Se ha comprobado que las venas de la palma de las manos, al estar dos o tres milímetros bajo la piel, son una clave infalsificable y mucho más precisa que las huellas de los dedos o el iris ocular, ya de por sí bastante seguros.
Los estudios hechos al efecto revelan que el patrón de las venas es único para cada individuo, incluso en el supuesto de gemelos que sean idénticos, y que éste se conserva inalterable desde que el individuo se encuentra en el feto materno hasta su fallecimiento.
De este modo, asumir una falsa identidad falsificando las venas es sumamente complicado, puesto que la sangre tiene que estar fluyendo para registrar la imagen o patrón.
La culpable del proyecto, Fujitsu, ofrece esta revolucionaria tecnología no sólo para el sector bancario, sino también para el control de acceso a edificios de alta seguridad.