"Quedé plop, porque yo pensé que el gallo estaba enfermo en el nido de la gallina, pero salió cantando y vi el huevito", contó entre risas.Avergonzada con el actuar tan poco varonil de su gallo, esta dueña de casa se aguantó las ganas de contarle a sus amigos de tal anormalidad.
"Este gallo se volvió maricueca, pero de facha es muy encachado, porque tiene espolones y tiene pinta de macho, macho", reconoció esta llolleína que desde hace 23 años cría aves de corral.Por último, María Padilla se mostró dispuesta a entregar su gallo regalón para que la ciencia escudriñe en su organismo las razones que explican este fenómeno que ya tenía antecesores en el puerto de San Antonio.
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