domingo, 24 de junio de 2007

Descubren Ciudad Perdida prehispánica en Colombia

Un descubrimiento asombroso y reciente. Unos 200 asentamientos de la civilización Tayrona escondidos entre árboles y plantas en la ladera de la majestuosa Sierra Nevada de Santa Marta (Colombia).
Ciudad Perdida es una valiosa muestra del desarrollo y conocimiento antiguo. Ubicada en el departamento de Magdalena, esta ciudad forma parte de un centro arqueológico que permaneció escondido en lo alto de las montañas hasta hace tan sólo 30 años.
La ciudad —conocida también como Teyuna o Buritaca 200— fue redescubierta en 1976 por un equipo de arqueólogos colombianos quienes encontraron camufladas bajo los árboles y plantas un centenar de piedras que moldeaban sofisticados caminos, terrazas, muros, puentes y canales.
Emplazada sobre el río Buritaca a unos 1,100 metros de altura, el parque arqueológico de Ciudad Perdida, ocupa un área de aproximadamente 200 hectáreas de terreno selvático.
“Buritaca 200” —poblada por unos 15 mil habitantes en el siglo IX— comprende un complejo sistema de construcciones, caminos empedrados, escaleras y muros intercomunicados por una serie de terrazas y plataformas sobre las cuales se construyeron los centros ceremoniales, casas y sitios de almacenamiento de víveres.
Uno de los encantos de Ciudad Perdida es la topografía del lugar en que se encuentra, que dificultan el acceso a la zona.
Hay dos formas de llegar hasta allí, por vía aérea, en helicóptero, o caminando durante tres días, recorriendo un camino poblado con una espesa y exuberante vegetación y bajo un clima húmedo tropical. Sólo unos pocos afortunados aventureros han tenido la suerte de visitarla.
La Sierra Nevada de Santa Marta —que se eleva desde el mar hasta los 5,775 metros de altura— está coronada por nieves perpetuas y constituye un lugar sagrado para los indígenas que habitaban la región.
Numerosos grupos indígenas poblaban el litoral costero y la Sierra Nevada de Santa Marta en el siglo XVI. Los conquistadores denominaron las distintas tribus con el nombre de sus principales poblaciones: Bonda, Pocigueica, Taironaca.
Desde el siglo XVII se generalizó el uso del término Tayrona para referirse a los habitantes de esta región y una de las culturas precolombinas más desarrolladas.
Sin embargo, tras la conquista española los antiguos poblados fueron abandonados y la población se dispersó huyendo a regiones aun más apartadas y dejando tras de sí el importante legado, caminos empedrados y terrazas enlosadas, que conforman unas de las reliquias arqueológicas más importantes de Colombia.
Los Tayrona vivían de la pesca, de la extracción de sal marina, y de la venta de dichos productos a otros pueblos. Generaron un alto nivel de diseño y tecnología para la construcción de poblados y caminos y explotaban intensamente terrazas de cultivo con riego artificial.
Dentro del territorio Tayrona, los pueblos y ciudades estaba comunicados por una red de caminos de piedra, que recorrían la Sierra Nevada.
Asimismo, los Tayrona eran grandes maestros orfebres que utilizaban la técnica de la cera perdida para trabajar y moldear el oro.
Fuente: El Diario / La Prensa online - EFE. 24/06/2007

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