El escándalo por el uso de esclavos en una fábrica de ladrillos en China, descubierto la semana pasada, se ha agravado con la aparición de decenas de otras fábricas en las que trabajan hasta un millar de niños, según denunciaron hoy diversos medios nacionales. Una semana después de que 31 obreros esclavizados fueran rescatados por la policía de Shanxi (provincia del centro de China), se informó de que esa fábrica es sólo la punta del iceberg, y que en las últimas semanas los padres de niños que llevaban años desaparecidos los han encontrado y rescatado de factorías similares. 'Algunos de los niños llevaban siete años encerrados y en condiciones infrahumanas, trabajaban andando a cuatro patas y nunca nadie les ha cortado el pelo', denunció el diario 'Dahebao', de la provincia de Henan, de la que proceden muchos de los 'esclavos' utilizados en las fábricas de ladrillos de Shanxi.
El diario añadió que alguno de los niños sufre lesiones o incluso invalidez a consecuencia de las palizas por no cumplir con su trabajo o por intentar huir, y señaló que los menores eran obligados a trabajar 14 horas diarias.
Los niños y mayores que eran esclavizados proceden de diversas provincias pobres de China, y eran engañados y secuestrados en estaciones de trenes, de autobuses o en otras zonas públicas.
Luego eran llevados a Shanxi, principalmente a factorías de Yuncheng y Jincheng, zona de gran tradición en la fabricación de ladrillos pero que en los últimos años sufre escasez de mano de obra. Allí, los niños eran vendidos a capataces de fábricas por unos 500 yuanes (65 dólares ó 50 euros), según el medio chino.
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